Tiempo de ser
radicales
Víctor Flores Olea
Termina este año sin que muchos se atrevan a decir lo necesario: sí, una
democracia deslavada y simulada, un grave desequilibrio local y mundial entre
riqueza y pobreza, un abismo de vida entre los incluidos y los excluidos, la
globalización que sólo favorece a los pocos, con educación y salud para los
menos, e ignorancia y muerte para las mayorías: un indigno mundo prepotente y
dominador en manos de minorías con altanero desprecio para el resto, que muchos
dicen no vale la pena ser vivido, y que demanda ser transformado y regenerado
cuanto antes, so pena de desplomarse en el vacío. También como desaparición
física –el efecto más grave de todos– de una sociedad de rapiña que no se
detiene ni ante el peligro de la destrucción de la Tierra misma.
Pero parece que pocos
se atreven a completar el consecuente razonamiento elemental: si las cosas son
así, debemos procurar un cambio drástico en las actuales relaciones sociales,
no solamente para hacerlas más llevaderas, sino para salvar a la sociedad misma
de su hundimiento y crisis profundas. En ello, debería decirse, nos va la vida
y no cabría la vacilación o la duda ni por un segundo.
Sin embargo, vemos
que ante las crisis más hondas que vive hoy la humanidad: la de las economías,
la de las migraciones, la del narco devastador, la de las
carencias abismales en todos los terrenos (salud, empleo, educación, por
ejemplo), los hombres y mujeres progresistas, o liberales, o de izquierda, como
se guste llamarlos, prefieren escamotear los reales problemas, aquellos de fondo,
y se conforman con apelar a ciertas medidas o fórmulas que han sido utilizadas
por largo tiempo: el incremento de la productividad, o invocar la moralidad o
buena conciencia de los poderosos, o pensar que el pillaje de los capos de los
grupos de interés va a atenuarse para regresar, digamos, a las prácticas del Estado
benefactor, menos agresivas que la estafa del neoliberalismo en marcha.
Históricamente existe
un número abrumador de ejemplos, incluso recientísimos, que confirman lo dicho:
ante la última crisis del capitalismo, y sus consecuencias también
autodestructivas, se pensó, por ejemplo, en la posibilidad de que en Estados
Unidos se abandonaran o modificaran las prácticas más rapaces del sistema
financiero (su definición asumida de casino). No fue así: apenas recibido el
muchas veces billonario refuerzo del gobierno, los capos se dedicaron a
distribuirse esos despojos, sin pensar siquiera en el futuro más sólido del
propio sistema.
Guerras, muertes
hasta en el último rincón del mundo, destrucción de pueblos y regiones, y la
propuesta es apenas la de un conjunto de tímidas reformas que olímpicamente son
rechazadas por los jefes oligárquicos, antes incluso de que sean mencionadas.
Valga como ejemplo de
lo dicho la actual situación en México: frente a la gravedad y cúmulo de los
problemas únicamente se piensa casi exclusivamente en las elecciones próximas,
no como indispensable tránsito a una más vivible sociedad, sino como
instrumento de futuras canonjías y privilegios, como juego de poder en que los
actualesjefes han de conservar sus posiciones y en que su única
preocupación es la de aferrarse a las mismas y a la eliminación de sus
adversarios, por las buenas o por las malas.
Lo que sostengo es
que ha llegado el tiempo de ser verdaderamente radicales, rechazando de raíz la
situación imperante por devastadora y antihumana, y de proponer
transformaciones profundas que otorguen nuevos horizontes de vida a la sociedad
actual tan maltratada, en todas partes. El periódico mensual que publica en
alrededor de 5 millones de copias el movimiento de Andrés Manuel López Obrador,
y que se distribuye puerta por puerta y casa por casa, se llama Regeneración,
y esa voz expresa con mucho acierto lo que requiere la sociedad mexicana hoy, y
más allá.
En reciente seminario
universitario discutí hace unas semanas ciertas ideas de Slavoj Zizek, filósofo
y sicoanalista esloveno, en que aboga por la actualidad de Lenin precisamente
por el radicalismo político del fundador del partido bolchevique ruso, que
rechaza sin concesiones la deshumanización y explotación del sistema
capitalista y propone un comunismo que, en su idea original, debió ser una
suerte de comunitarismo (dice Zizek) en que se recogen los más altos valores
civilizatorios de una sociedad, de un pueblo. La actualidad de Lenin residiría
sobre todo en la radicalidad del rechazo y en esa idea civilizatoria de rescate
que contiene su propuesta, más que en el aspecto organizativo y estrictamente
partidista de su táctica revolucionaria.
En todo caso, vale la
pena profundizar en esta hipótesis: aceptada generalmente la actualidad de
Marx, meditemos sobre una equivalente actualidad de Lenin, en sus distintos
aspectos y dimensiones. Trabajo teórico atractivo hoy por excelencia.
En todo caso, el
cambio profundo a que aludo ha de resultar de un movimiento nacional, de una
amplitud, por los componentes civilizatorios que implica, tanto en el rechazo
como en la propuesta constructiva, que difícilmente (tal vez imposible) puede
ser el hijo de una sola mirada, grupo, sector o clase social, sino que ha de
abarcar pujantemente al conjunto social, a la totalidad de la sociedad, si en
verdad ha de afirmarse y constituir el arranque de una nueva época para la
nación. Con el mayor número posible de mexicanos comprometidos con la
transformación y regeneración del país.
Fuente: LA JORNADA
EL RADICALISMO TE LLEVA AL TERRORISMO Y ESTE A UNA MAYOR REPRECION Y DESCABEZAMIENTO DE LOS VERDADEROS MOVIMIENTOS CON PROPUESTAS DE RESTAURACION DE LAS PEQUEÑAS Y GRANDES NACIONES ORIGINARIAS DE AMERICA.
ResponderEliminarEL TERRORISMO ES INSTRUMENTO DEL CAPITALISMO EL MISMO QUE SE IMFILTRA EN LA SOCIEDAD DISCOMFORME Y CREA CONDICIONES PARA LUEGO REPRIMIRLO Y DESTRUIRLO CON MUERTE Y PRIVACION DE LA LIBERTAD.
-LA LUCHA SE HACE UTILIZANDO SUS PROPIOS MEDIOS COMO POR EJEMPLO SU SISTEMA DEMOCRATICO.
-CONSUMIR ALIMENTOS NATURALES Y CRUDOS, MENOS CARNES.
-TRATARSE Y CUIDAR NUESTRA SALUD CON MEDICINA-ALIMENTO QUE ESTA EN LA NATURALEZA.
-PROMOVER LA AGRICULTURA ORGANICA.
-PROMOVER Y PRACTICAR FILOSOFIA,IDEOLOGIA Y POLITICA DE NUESTROS PUEBLOS ORIGINARIOS.
-NO CONSUMIR LECHE Y SUS DERIVADOS,TRIGO Y SUS DERIVADOS,POR SE CAUSANTES DEL CANCER DE MAMA, CANCER EN LA PROSTATA,DIABETIS JUVENIL, EMFERMEDADES RESPIRATORIAS COMO EL ASMA Y OTROS.
SUPLIRLOS CON EL CONSUMO DE QUINUA, SOJA ORGANICA, QUIWICHA,TARWI I OTROS CEREALES NATIVOS PROPUCIDO POR NUESTROS PUEBLOS.
-ETC. ETC.ENTONCES EN SON DE PAZ SI LOGRAREMOS UN MUNDO CON FELICIDAD Y ARMONIA.
-
Estamos de acuerdo con casi todo lo que dices, salvo por ese punto de los "sistemas democráticos".
ResponderEliminarLos "sistemas democráticos" tal vez funcionan en pequeños grupos de personas (aldeas, tribus, etc.), pero difícilmente funcionarán en sociedades más complejas como las nuestras, inmersas y subusmidas por el sistema neoliberal-global. No puede haber democracia en sociedades en las que el consenso -cualquier consenso- toma por eje rector el beneficio a la economía, a las finanzas, a la bolsa. Ahora que se libra una guerra en Libia, por ejemplo, ¿quién tomó en cuenta a las que nos oponemos a ella?, ¿cómo funciona allí la democracia?
Saludos.